Aquí les dejamos fragmentos del artículo, "Una lengua cambiante y múltiple", que ha publicado el escritor nicaragüense
Sergio Ramírez en el periódico El País, España, después del Congreso de la
lengua que se celebró en Panamá:
"Español de islas y tierra firme, deltas, pampas, cordilleras, selvas, costas ardientes, páramos desolados, subiendo hacia los volcanes y bajando hacia la mar, ningún otro idioma es dueño de un territorio tan vasto.
Al perder la palabra, perdemos la memoria. Para ser trasplantado hay que ser arrancado de las propias raíces, porque la lengua no es solamente una forma de expresión que uno pueda cambiar en la boca a mejor conveniencia, sino que es la vida misma, la historia, el pasado, y aún más que eso, el existir en función de los demás, porque la lengua sola de un individuo hablando en el desierto no tendría sentido, menos para un escritor, que si existe es porque alguien más comparte sus palabras, y las vuelve suyas. Según evocaba Miguel Ángel Asturias la tradición del pueblo quiché, el mismo pueblo que nos heredó la magia del Popol Vuh, aquel que habla en nombre de los demás es el Gran Lengua de su tribu.
(...)
Español de islas y tierra firme, deltas, pampas,
cordilleras, selvas, costas ardientes, páramos desolados, subiendo hacia los
volcanes y bajando hacia la mar salada, ningún otro idioma es dueño de un
territorio tan vasto. Me oirán en la Patagonia, y en Ciudad Juárez, un
continente de por medio, y en el Caribe de las Antillas Mayores, y en el arco
del Golfo de México, y del otro lado del dilatado Atlántico también me oirán, y
oiré, en tierras de Castilla, y en las de Extremadura, y en las de León, en las
de Aragón. Y en Guinea Ecuatorial, y en el desierto saharaui. Nos oiremos,
hablaremos. Sabremos de qué estamos hablando, porque en la lengua, somos
idénticos, estamos ungidos por la misma gracia."
...
Tomado de: El país, 25 de octubre 2013.
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