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dimanche, juillet 13, 2014

Tus ojos...


Martín Mucha est né en 1977 à Lima, Pérou. 
Ecrivain et journaliste, il vit aujourd'hui à Madrid. Il a obtenu le prix du roi d’Espagne de journalisme en 2007, pour ses reportages sur l'immigration.
Il a également obtenu le prix Boehringer et a été finaliste du Prix du Roman Fernando Quiñones 2010. Ses articles paraissent actuellement dans les suppléments hebdomadaires de Crónica et Magazine du quotidien espagnol El Mundo
 
Tus ojos en una ciudad gris est son premier roman. Il a été traduit et publié en France par Asphalte Éditions, sous le titre Tes yeux dans une ville grise.



Le narrateur, Jeremías Carpio, nous entraîne à travers la ville de Lima sur le trajet qu'il parcourt en bus. Il nous fait le récit de sa vie personnelle et familiale, esquisse un portrait des jeunes qui l'entourent (musique, jeux vidéo, échanges sur le Net, …) et surtout porte un regard acerbe sur les réalités sociales de la capitale péruvienne. Les personnages et les lieux sont présentés avec une très grande précision, dans des scènes brèves, des descriptions courtes.
Ce roman est une claque.
L'auteur semble vouloir choquer son lecteur et provoquer un certain malaise. Il cherche à nous prendre comme témoins et à ouvrir nos yeux sur ce que nous refusons parfois de regarder en face. Comme dans cette scène de description de l'agression d'une fillette, où tous se rendent compte de ce qui se passe mais où personne ne bouge :

« He pasado al menos cuatro horas de mi vida, a diario, entre un bus y una combi. Como toda mi generación. […]
Conozco cada cosa que pasa dentro. Las perversiones, las alegrías. Pero sobre todo las perversiones. Laura García Robles estudió en el mismo colegio que yo. Pero era de tres clases más adelante. Sabía su nombre porque en una clase, esto ha de ser una regla universal, todos sabían los nombres de las bonitas. […]
Cuando ella tenía trece y yo diez, un hombre se detuvo detrás de ella.
Podía haber avanzado unos pasos más. O detenerse antes, pero eligió ese lugar. Noté que ella se sintió incómoda y dio unos pequeñitos pasos a un lado. El hombre vestía de impecable traje, bigotes. Bordearía los cincuenta años.
La siguió. Se convirtió en una pequeña cacería. Ella huía entre los cuerpos y buscaba escondites en un autobús repleto. El asiento del conductor fue el límite de su huida. Laura se rindió.
Comenzó a frotar su pene en sus nalgas de niña. Se veía su forma torcida en el pantalón de algodón barato. Pero todos evitaban mirarlo. Era un hecho común, como un bautizo. Ella tenía los ojos en el vacío. El en ella, mirando hacia abajo.
Mi madre me había advertido de esos sujetos. Siete años. Esa era mi edad cuando me pasó. Sentí la caricia de un tipo en mis pequeños testículos. Los recorría sin pudor, casi dibujándolos. No lloré ni reí. Simplemente corrí. Corrí varias veces.
Aún no sé por qué ella siguió allí. Pero eso era lo que sucedía. Pasaron largos veinte minutos. El hombre de traje se bajó del bus, con cierta dosis de angustia. Y satisfacción. Con una mancha húmeda que iba recorriendo de arriba abajo su pantalón. »

Celle-ci est une des missions de l'écrivain, que de nous aider à voir le monde qui nous entoure. Mon conseil : lisez ce livre dans les transports en commun plutôt que le soir sous la couette avant de dormir.

Rachel Mihault

Martín Mucha, Tus ojos en una ciudad gris, Alianza Literaria, 2011

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